Los hijos de Don Bosco llegan al Ecuador el 12 de enero a Guayaquil y el 28 de enero a Quito en el año de 1888. Este hecho histórico marcaría el inicio de un legado de amor y fraternidad apostólica en nuestro país.
Tal fue el impacto de la llegada de los primeros salesianos al Ecuador, que, en ese mismo año, el 6 de octubre, el entonces presidente del Ecuador Antonio Flores Jijón se dirige al Papa León XIII solicitando la creación de seis Vicariatos Apostólicos en la Región Oriental del país. Algunos meses después, específicamente el 30 de enero de 1889, el Papa contesta al señor presidente, y acepta su petición, desencadenándose así, una serie de hechos que definirían el carácter misionero de los Salesianos en el Ecuador.
El 4 de junio de 1890, el Padre Julio Matovelle, Senador de la República, dirige una carta al Excelentísimo Señor delegado Apostólico, ofreciendo toda la colaboración necesaria para que se organice el Vicariato Apostólico de Méndez y Gualaquiza y solicita expresamente, que esta jurisdicción eclesial sea confiada al cuidado de los “Padres Salesianos”.
Con esa solicitud explicita hecha, el 6 de julio de 1892, el Cardenal Rampolla se dirige al reverendo Padre Miguel Rúa, quien fungía como Superior general de los Salesianos, indicando que el Santo Padre se ha dignado en confiar a la Congregación Salesiana la Misión en el territorio de Méndez y Gualaquiza.
Es así que el sábado 14 de octubre de1893 a las 14h30, se efectiviza la creación del Vicariato Apostólico de Méndez y Gualaquiza, con la llegada de los misioneros Salesianos que entraron y se instalaron en Gualaquiza dadas las dificultades de su ingreso a Méndez, este hecho sucede luego de 20 años de la salida de los Jesuitas de esta región. La Obra Salesiana se concentra en el pueblo indígena, ya que la presencia de los colonos blancos era muy escasa en el territorio en ese entonces.
Luego de esta primera incursión, se preparan los primeros 4 misioneros que forman el contingente para el trabajo pastoral, y es así que, el 1 de marzo de 1894 a las 18h00, llegaron para emprender defectivamente la obra Salesiana en Gualaquiza los PP. Francisco Mattana, Joaquín Spinelli y los hermanos coadjutores Jacinto Pankeri y Alberto Hurtado. Así dio inicio en el Vicariato Apostólico de Méndez la obra salesiana que en este año 2024 ha cumplido ya 130 años de presencia en este amado sector de la amazonia. Además, en este sentido, el trabajo misionero de los Salesianos en el Suroriente ecuatoriano, supuso la primera experiencia de la congregación con poblaciones de la selva tropical.
Estos misioneros Salesianos llenos de una vocación específica por los más pobres y necesitados, se entregaron completamente a los Shuar, aprendiendo su idioma y viviendo como ellos lo hacían. Por ello se escriben gramáticas y diccionarios que buscaban facilitar que los nuevos misioneros aprendan el idioma de una manera más fácil.
Es así como inicia un diálogo cultural fecundo, que llevó al conocimiento de la religión Shuar, llena de Semillas del Verbo, una verdadera Historia de Salvación, finalizada en Cristo, liberándose así de la demonización de la cultura y de otros prejuicios.
El P. Joaquín Spinelli junto con el coadjutor Jacinto Pankeri son los primeros en llegar a este nuevo territorio confiado por entero a los Salesianos de Don Bosco, el P. Ángel Savio, quien era el líder de la expedición, muere al cruzar la cordillera andina en el traslado a Quito.
Ahora es menester importante el tener un antecedente claro de “a donde habían llegado”.
Al momento de la independencia del Ecuador, la amazonia ecuatoriana paraíso totalmente desapercibido, cuando en el 1824 se dicta la división de la “Gran Colombia”, por ende, se crea la Real Audiencia de Quito, misma que tenía 3 grandes departamentos, uno de ellos era el de Cuenca, mismo que tenía entre su territorio las provincias de Azuay, Jaén y Mainas; dentro de este último se encontraba la jurisdicción de Gualaquiza.
Esta jurisdicción se había creado con el objetivo de facilitar a los habitantes de cuenca su ingreso a la zona, destinada a la búsqueda de “Logroño”, tierra que supuestamente estaba llena de todo tipo de abundantes riquezas. Este Logroño estaba habitado por los temibles “jibaros” que hace ya varios años había cerrado totalmente sus fronteras al ingreso de extraños, esto debido a que durante la “Colonia”, a pedido de la corona, se había intentado evangelizar a estas tribus orientales, sin embargo, detrás de esos buenos deseos se escondía el propósito de adueñarse de sus riquezas y sus territorios. En este contexto y por más de 3 siglos fracasan una a una las misiones católicas que se emprendían en el sector y en 1599 se pone el fin a estas misiones puesto que el pueblo Shuar crea una rebelión en donde destruyen el convento creado por los dominicos en Logroño y cerrando definitivamente sus fronteras.
Al norte del Vicariato se encontraba la ciudad de Macas, esta era una población aislada que solo buscaba la supervivencia, por ello, mantenían buenas relaciones con los nativos jibaros, aunque con los años, esta relación paso de la amistad y la cooperación, a la dominación y explotación.
El inicio de la misión fue muy complejo, el P Mattana, quien era el director de la obra, en una carta que escribe a don Rúa le cuenta que no tienen vino ni pan, que se alimentan de chicha, yuca y un poco de carne, sin embargo, también cuenta que gozan de buena salud.
El trabajo era incesante, no solo predicaban, sino que también trabajaban la tierra incesantemente, en el sector había grandes extensiones de cultivos de caña que servían para la fabricación de aguardiente y panela, con el aliciente de una tierra tan generosa, los misioneros fueron los pioneros en el trabajo agrícola y con el ejemplo lograron que en dos años se haya ya introducido el arroz, el café, algunos cítricos y sobre todo la introducción de la ganadería. Además, tenían toros para el arrastre, caballos, mulas, ovejas y pollos. Es por ello que se justificaba la tenencia de grandes cantidades de tierra por parte de las misiones, en estas se cultivaba y criaban las mejores especias que luego eran repartidas a los moradores de los rincones más remotos. Sin embargo, estas tierras constan como adquiridas a los grandes hacendados de la época y también hay donaciones voluntarias, mismas que se encuentran registradas en las notarías del cantón Sígsig.
Así mismo se crean las ferias ganaderas en donde tanto colonos como shuar comercializan sus animales y se motivan a una correcta crianza, los historiadores de la época relatan que los criadores para avalar su trabajo solían decir “yo aprendí de los misioneros”.
Con el pasar de los años y al darse cuenta de la generosidad de la tierra amazónica, los colonos buscan comerciar la tierra del pueblo Shuar, llegando a cambiar grandes extensiones de tierra por cosas novedosas pero simples, como por ejemplo una escopeta, es así que el P. Juan Shutka trabaja en el ámbito político social para impedir de manera legal que los shuar puedan perder su territorio por cosas similares, se fundan de esa manera las organizaciones de base llamadas Centros Shuar, quienes a su vez crean la Gran Federación Shuar, misma que logro que hasta la fecha los pueblos Shuar tengan una sola escritura denominada “global”, misma que avala a los pueblos como propietarios de la misma y que impide una incorrecta comercialización de la misma.
En 1935 y 1944 se firman con el Gobierno Nacional los convenios para proteger las tierras ancestrales, los misioneros se dieron cuenta a tiempo que la colonización resultaba contraproducente puesto que los grandes terratenientes querían quedarse con esta tierra tan generosa, la creación de las Escrituras Globales permitió salvaguardar la tierra que casi le es arrebatada al pueblo Shuar por la codicio de algunos colonos. Sin embargo, trajo grandes y graves problemas a los misioneros son con el pueblo colono que se levantó con fuertes críticas y resentimientos que llegaron incluso a graves conflictos que hoy por hoy se han superado.
Pero no todo eran cultivos y animales, el mejor regalo que los salesianos le dan al Vicariato Apostólico de Méndez es la educación, educación de calidad para el pueblo shuar y colono, con un gran énfasis en el pueblo Shuar. Se dio inicio con los internados, necesarios en esa época, pero que en la actualidad ya no tienen el mismo valor de ese entonces. Luego se da inicio al proyecto de una educación en la que se usa a la radio como apoyo para el sistema educativo, se llega así a territorios aún más lejanos, empezando la evangelización al pueblo Achuar.
El apoyo de los misioneros en el tema educativo y económico hizo que el pueblo Shuar se revalorizara a sí mismo, por ende, dejaron de ser subyugados y pasaron a ser grandes actores de la política y de las elites sociales, convirtiéndose en una amenaza para los colonos que veían como la Federación Shuar tenía un despliegue inigualable, siempre apoyados de los Salesianos, a la cabeza el P Juan Shutka.
Después de todo este tenso panorama se debe recalcar que los misioneros nunca descuidaron su labor pastoral, llegando no solo a aprender la lengua Shuar a punto de dominarla y crear los primeros textos de la gramática de esta lengua. Tal era el grado de evangelización que el pueblo Shuar deja de ser un pueblo guerrero y elimina de su practica la ceremonia de las tsantsas (reducción de cabezas de los enemigos). La Buena Nueva del evangelio cala hondo en el pueblo Shuar, llegando incluso a crearse el Seminario Wea Nekaptai, para formar agentes de pastoral Shuar, que trabajen en sus comunidades y recintos y sean un apoyo para los sacerdotes itinerantes.
El 12 de julio de 1902, desobedeciendo todas las recomendaciones posibles, llega a la misión de Gualaquiza Don Albera, en ese entonces Superior Salesiano y quien llegaría a ser el segundo sucesor de Don Bosco, llega para conocer y alentar la obra, sin embargo, sus impresiones son estremecedoras, aquí un extracto de sus cartas:
La casa que habitan nuestros hermanos es muy pobre y miserable, el piso de bajo es muy húmedo y en el segundo había que ir con tino (…) durante mi visita no he visto en la mesa ni pan ni vino, la sopa era invariablemente de plátanos tostados (…). La vista la tienen débil y enferma, no es posible que puedan vivir mucho tiempo con el trato que se dan, es necesario que cambien de residencia (Bottasso, 1993, I:336).
Sin embargo, confiesa al P Spinelli: “(…) delante de Dios y de la congregación, vale más la casa misión de Gualaquiza que todas las demás de Ecuador, Prefiero cerrar cualquier otra, antes que esta misión”.
En 1904 el presidente Alfaro en sus esfuerzos por conseguir la secularizar la educación y reducir la influencia de la Iglesia Católica en la sociedad ecuatoriana, expulsa a todas las congregaciones religiosas presentes en el Ecuador, confiscando además todos sus bienes. Sin embargo, el P. Francisco Mattana, dispuesto a todo por salvar a toda costa la obra que tanto había costado construir decide quedarse en Gualaquiza, se dice que Alfaro había dicho: “Si quieren quedarse los salesianos en Gualaquiza, que se queden” con la esperanza de que mueran pronto debido a que ya no llegarán más ayudas de ninguna índole.
Mons. Santiago Costamagna, primer Vicario Apostólico de Méndez y Gualaquiza, encarga al P. Albino del Curto la fundación de Indanza y Méndez. Empieza en Indanza y en el año 1916 se funda la Misión en Méndez convirtiéndose en el nuevo centro misionero del Vicariato.
En el año 1819 se funda la misión en Cuchanza, en donde el 1922 se inaugura el internado. Los Salesianos participaron activamente en la apertura de la vía entre El Pan y Méndez de unos 80km de recorrido, los kilómetros iniciales fueron construidos con recursos de la Congregación Salesiana y la mano de obra de los campesinos del El Pan, hasta que el presidente Alfredo Baquerizo Moreno asigne un presupuesto anual para tal efecto, sin embargo, el P. Albino del Curto siguió siendo el director de la obra. En 1924 ya se había construido aproximadamente la mitad de la vía, para terminarla se firmó un contrato entre la Misión Salesiana y el Gobierno Nacional por 110.000 sucres, este monto no fue suficiente para concluir los trabajos, sin embargo, la congregación aporto para que la vía se entregó finalizada al 100% en 1931.
Esta vía permitió que lleguen a la zona numerosos colonos desde el Azuay, razón por la cual Méndez creció extraordinariamente debido a los recursos provenientes de la actividad del lavado de oro que se desarrollaba en el sector. Se establecieron así misiones estables en los sectores de El Rosario, y Chiguinda, sectores de gran dinamismo por la afluencia de numerosos colonos provenientes del Sígsig.
Macas era un sector de muy difícil acceso, estaba conformada por pocas familias colonas, mismas que, debido al aislamiento en el que vivían este grupo de colonos, fue adaptando de a poco ciertos rasgos de la cultura Shuar, con quienes llevaban una buena relación de convivencia. En 1870 llegan los Jesuitas para realizar un trabajo pastoral, lastimosamente la actitud hostil del pueblo Shuar hizo que abandonen el sector el 1884.
En 1887, se establecen ahora en Macas los Padres Dominicos, quienes fueron objeto de la animadversión tanto de Shuar como de un grupo de colonos que se dedicaba a la comercialización de Tsanzas (cabezas humanas reducidas), lo cual les traía grandes ganancias.
Es así que en 1891 se desata un incendio que destruye por completo el templo de Macas, en donde se quema también el cuadro original de la “Purísima de Macas”, siendo este particular el punto de inflexión en donde los Dominicos abandonan la población y se dedican a visitarla periódicamente durante unos cuantos años.
Entre 1898 y 1924 Macas no tiene presencia estable de misioneros estables en el lugar, son visitados periódicamente por misioneros Redentoristas o algún sacerdote de Riobamba. Sin embargo, se asientan en la zona misioneros evangélicos de la “Gospel Missionary Union”, de los relatos históricos de la época se puede inferir en su trabajo no obtuvo frutos puesto que se asentaron en la zona en 1902 y en 1918 las autoridades y casi la totalidad de la población piden que se confíe la atención pastoral del sector a los salesianos. Es así que en ese año el Obispo de Riobamba les confía la atención pastoral a los mismos, dejando de depender de la Diócesis de Riobamba y dependiendo desde ahora del Vicariato Apostólico de Méndez.
Los PP. Albino del Curto y Salvador Duroni empezaron a desplazarse desde Méndez a Macas periódicamente para brindar la atención pastoral. El 7 de marzo de 1924 el P. Duroni funda oficialmente la Misión de Macas y se establece de manera estable en el lugar, iniciando con la fundación de una escuela y un internado que recibía tanto a colonos como Shuar. El 4 de diciembre de 1925 llegan a Macas las Hijas de María Auxiliadora, trayendo en sus manos el cuadro actual de la “Purísima de Macas”, siendo su directora Sor Dominga Barele, quien estaba acompañada de la ahora Beata Sor María Troncatti y Sor Carlota Nieto. Un Decreto Pontificio emitido el 29 de febrero de 1930 incorpora oficialmente a Macas al Vicariato Apostólico de Méndez.
En 1932 el P. Carlos Crespi impulsa la primera instalación eléctrica de Macas, generada por energía hidráulica.
En 1951 se funda el Normal Don Bosco, para la formación de maestros, lo cual tendría una repercusión profunda y significativa en todo el territorio suroriental.
Nombrado como Obispo el 13 de abril de 1895 y consagrado como Vicario Apostólico de Méndez y Gualaquiza el 23 de mayo del mismo año en Turín-Italia en la basílica de María Auxiliadora. Dada la Revolución Liberal, el gobierno nacional le negó el ingreso al país, razón por la cual gobernó solo vía cartas el Vicariato.
En 1902 se le da un permiso excepcional para el ingreso al Vicariato, pudo entonces visitar su lugar de misión por un lapso de 4 meses, incluido el tiempo de viaje de ingreso y salida del país desde el Perú.
En 1919 Mons. Costamagna renuncia a su cargo de Vicario Apostólico de Méndez por motivos de salud, falleciendo en Argentina el 19 de septiembre de 1921.
Acontecimientos importantes durante su mandato
Nombrado el 5 de mayo de 1920 y consagrado como Obispo en Cuenca el 17 de octubre del mismo año, mientras cumplía la función de Inspector de los Salesianos en el Ecuador.
Durante el mandato de Mons. Comín es considerada la época de oro de las Misiones Salesianas en el Vicariato Apostólico de Méndez, se fundan escuelas, colegios, hospitales y demás obras que vienen desde las distintas misiones que se van fundando de la mano de los misioneros Salesianos y de las Hijas de María Auxiliadora.
En 1958 debido a su estado de salud Mons. Comín pide a la Santa Sede que se nombre un Obispo auxiliar para el gobierno pastoral del Vicariato, siendo nombrado Mons. José Félix Pintado.
Mons. Comín, con la ayuda de Mons. Pintado gobernó el Vicariato durante 43 años hasta el día de su muerte un 17 de agosto de 1963 a los 89 años de edad.
Acontecimientos importantes durante su mandato
Por pedido de Mons. Domingo Comín, la Santa Sede nombra un Obispo Coadjutor con derecho a sucesión, recayendo esta dignidad en Mons. José Félix Pintado el 13 de febrero de 1958. Es consagrado en Cuenca el 5 de mayo de 1959, y asumió como Obispo titular a la muerte de su antecesor.
Su mandato se caracteriza por que visito hasta los lugares más recónditos del Vicariato y se esforzó denodadamente para conseguir todos los medios materiales para que las misiones funcionen adecuadamente.
Facilito la llegada de las Hermanas Corredentoras al Vicariato, quienes en primera instancia llegaron a la población de Pablo Sexto.
A sus 75 años de edad, en el año de 1978, presentó su renuncia al cargo en conformidad a lo estipulado por el Derecho Canónico, esta renuncia fue aceptada en el año 1981.
Falleció a los 84 años de edad en la ciudad de Cuenca el 18 de noviembre de 1987.
Acontecimientos importantes durante su mandato
El 26 de abril de 1981 se consagra como Obispo del Vicariato a Mons. Arroyo, es el primer Vicario que se consagra en territorio (Macas), después de la renuncia de Mons. Pintado. Asume su misión el mismo día de su consagración.
Se empeña por transformar el Vicariato en una Diócesis, organizando asambleas generales de agentes de pastoral, lastimosamente por dificultades internas y externas su anhelo no se cumple.
Es el primer obispo que reside de manera estable en el Vicariato, específicamente en la ciudad de Macas, misma que se convierte en la sede oficial del Vicariato.
En 1993 debido a una diabetes aguda, antes de lo previsto, renuncia a su cargo episcopal, ejerciendo el mismo hasta el 19 de septiembre de ese año, luego se retiró con su familia, con quienes falleció a los 71 años de edad un 13 de octubre del año 2000.
Acontecimientos importantes durante su mandato
En sucesión a Mons. Teodoro Arroyo, es consagrado en la Catedral Santuario “Purísima de Macas” Mons. Pedro Gabrielli, el 19 de septiembre de 1993, asumiendo el mismo día sus funciones, de acuerdo a lo dispuesto por el Papa Juan Pablo II.
Su episcopado se caracterizó por una aguda crisis social y económica que travesó el Ecuador, una enorme ola migratoria que diezmo la población del Vicariato. La proliferación de sectas religiosas, la secularización de las instituciones y las crisis religiosas internas fueron las situaciones que debió asumir y acompañar como pastor fiel.
El Obispo Mitayo, como lo llama el pueblo católico y no católico de la provincia, se caracterizó por su cercanía a la gente, su vida austera y su disposición innata al servicio ha hecho que se gane el cariño de los que lo conocen.
A finales de año 2005 y de acuerdo al Derecho Canónico, poco antes de cumplir 75 años, Mons. Gabrielli presenta su renuncia al cargo, misma que es aceptada 3 años después en el 2008.
El 21 de junio del 2008 es consagrado su sucesor, a quien Mons. Gabrielli le pide humildemente le permita seguir sirviendo al pueblo en calidad de misionero en la parroquia San José de Morona, ubicada en la frontera con el Perú, dándonos un testimonio maravilloso de humildad, trabajo y entrega sin reservas a su vocación misionera al servicio de los más necesitados.
En ese lugar sirvió por largos años, hasta que en el año 2016 debido a graves problemas de salud se somete a una operación de corazón y se la aconseja no regresar a un lugar tan apartado y carente de un lugar que le pueda ofrecer el tipo de atención médica que necesita. Se niega a salir del Vicariato y hoy por hoy reside en la Misión Salesiana de Macas, desde donde aún lleva a cabo una labor pastoral acorde a su edad y salud.
Acontecimientos importantes durante su mandato
Luego de la renuncia de Mons. Gabrielli, el Papa Benedicto XVI nombra como Vicario Apostólico de Méndez a Mons. Néstor Montesdeoca el 15 de abril del 2008. Toma posesión de su cargo el mismo día de su consagración el 21 de julio del 2008
Hasta el momento la administración de Mons. Montesdeoca se ha caracterizado por la organización y orientación del Vicariato con una visión más concreta a un proceso de evangelización acorde a las circunstancias actuales.
En esta administración se celebró la beatificación de Sor María Troncatti el 24 de noviembre del 2012, presidida por el Cardenal Ángelo Amato, sdb; Prefecto de la Sagrada Congregación para las Causas de los Santos, en nombre y representación del Papa Benedicto XVI.
Compilado por Julio Logroño León, sc